La sonrisa no es solo un gesto de simpatía. Se trata de una verdadera herramienta con un impacto neuronal muy positivo. Cuando una persona se ríe su cerebro libera endorfinas capaces de reducir el estrés y proporcionarnos una sensación de bienestar. Aun así, los beneficios de la risa van mucho más allá.
Muchos estudios científicos han analizado el sentido del humor y cómo reírse de uno mismo facilita afrontar los momentos difíciles de una forma más positiva. De hecho, la risoterapia se ha convertido en una técnica científica que permite a las personas relativizar mejor los duelos, enfermedades o pérdidas importantes.
Beneficios de la risa
El acto de reírse pone en marcha una serie de reacciones nerviosas, musculares y psicológicas capaces de transformar nuestro estado de ánimo. Estos son los principales beneficios para la salud.
Beneficios psicológicos de la risa
- Reduce el estrés. Reírse de uno mismo favorece la liberación de las hormonas del nerviosismo. Cada vez que lo hacemos, nuestro cuerpo produce cortisol y adrenalina capaces de actuar como ansiolítico natural y aliviar el dolor.
- Mejora la autoestima. Sonreír ayuda a mantener una actitud positiva. ¡Hasta el punto de que las personas que sonríen suelen lucir más jóvenes! Emplear el sentido del humor en tu día a día favorece tu autopercepción.
- Potencia la creatividad y la imaginación.
- Es un catalizador de emociones. Una buena carcajada contribuye a que la persona exteriorice sus emociones y sentimientos con otras personas.
- Alivia los síntomas de depresión. Varios estudios han demostrado que la risoterapia tiene evidentes efectos positivos en las personas que sufren depresión, aliviando sus síntomas y mejorando su evolución.
- Ayuda a mantener una actitud positiva. Aunque no lo creas, emplear la risa de forma diaria contribuye a que los pensamientos de tu cerebro sean más positivos.
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Efectos sociales del sentido del humor
- Facilita la conexión emocional con otras personas. Cuando una persona se muestra sonriente suele ser percibida como más afable, cercana y entrañable.
- Libera tensión en situaciones incómodas. Todos hemos vivido alguna vez un momento en el que deseas salir corriendo. Y, si bien la risa no te hará desaparecer, sí es capaz de salir airoso.
- Desinhibe la timidez. Es una terapia perfecta para personas introvertidas con problemas para relacionarse.
- La risa se contagia. Y no hay mejor forma de disfrutarla que compartiéndola con otras personas.
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Beneficios físicos de la risa
- Favorece la oxigenación de los pulmones. Aunque resulte llamativo, una carcajada estimula el sistema respiratorio permitiendo que llegue más oxígeno a la sangre.
- Reduce la presión arterial. Reírse de uno mismo también estimula la corriente sanguínea ya que es capaz de aumentar la frecuencia cardiaca.
- Fortalece el sistema inmune gracias a que aumentan las proteínas que combaten ciertas enfermedades. También favorece la proliferación de células T.
- Mejora el sistema digestivo. Al reírte, tu diafragma produce un masaje capaz de facilitar la digestión. Además, también reduce el estreñimiento y favorece la producción de jugos gástricos.
- Mejora la calidad del sueño. Las carcajadas fatigan al organismo de igual forma que lo hace el ejercicio físico. Esto permite que el cuerpo descanse mejor por la noche.
- Reduce los niveles de glucosa en personas diabéticas, según un estudio publicado por la revista Journal of Psychonomic Research.
- Neutraliza las sustancias químicas que producen inflamación como la artritis o la dermatitis.
Cómo afecta el sentido del humor al cerebro
Una carcajada surge en cuestión de milésimas de segundo. Sin embargo, dentro del cerebro se han producido varios procesos neuronales asombrosos. Cuando nos reímos, normalmente es porque un golpe de efecto ha superado las expectativas que teníamos en otro momento. El resultado es una sorpresa en forma de risa.
Cuando esta expectativa nos sorprende estimula el tronco izquierdo del cerebro, que es el responsable de interpretar la broma. En ese momento el sistema límbico, responsable de producir las emociones, se activa. Y la amígdala nos indica que estamos disfrutando.
Y solo después de todas esas conexiones, será el cerebro quien enviará señales a las cuerdas vocales y los músculos faciales para reírnos. ¿El resultado? La liberación de las hormonas de la felicidad que viajan inundando nuestro organismo. ¡Por eso es tan importante reírse!
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Cómo potenciar tu sentido del humor para afrontar los problemas
Determinadas personas no cuentan con esa facilidad para reírse a cada segundo. También las hay que tienden al pesimismo o simplemente son más serias. En cualquier caso, la risa es un mecanismo que podemos forzar para afrontar mejor los problemas.
1. Esboza una sonrisa en tu día a día
Aunque pueda resultar incómodo, la realidad es que la sonrisa atrae actitudes positivas. Además, las personas que te rodean suelen inclinarse más hacia personas que emanan positividad. Dibujar una sonrisa mientras realizas tus tareas cotidianas te conducirá más fácilmente a la carcajada.
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2. Aprende a reírte de ti mismo
Para ello, deberás relativizar los problemas. Recuerda que nadie es perfecto. Equivocarse forma parte del proceso de aprendizaje de una persona.
Además, es importante que sepas perdonarte y seas generoso contigo mismo. En vez de frustrante cada vez que algo no sale como planeas, trata de buscarle una salida cómica que te permita reconciliarte contigo.
3. Rodéate de personas con facilidad para la risa
Como sabes, ¡la risa se contagia! No habrá mejor manera de encontrarla que compartirlas con aquellos acostumbrados a provocarla. Busca personas con buen sentido del humor y organiza planes donde compartir unas buenas carcajadas.
4. Estimula tu risa en ambientes festivos
Determinados lugares como bares, restaurantes, recintos feriales o espectáculos de humor son más proclives a estimular la risa. Trata de frecuentarlos.
Aun así, también puedes estimular tu sentido del humor a través de herramientas que te hacen sonreír. Una serie de comedia, un vídeo de Youtube de risa o una novela satírica también son alternativas a tu alcance para sacarte una sonrisa.
5. Quédate con los aspectos positivos
Contra los momentos difíciles, busca ese resquicio de humor en el que refugiarte. Trata de evadirte de aquellas situaciones que te producen tristeza y viaja a rincones más alegres. No siempre será fácil, aunque el sentido del humor es siempre un recurso que te ayudará.
6. Aprende a ser tu propio cómplice
Puede que no cuentes con la compenetración de las personas que te rodean, esto no quita que puedas reírte tú solo. Recuerda situaciones que te resulten especialmente graciosas y conviértete en una persona amigable para ti mismo.
7. Ejercita la risa
¡En efecto! Así como lo haces con los bíceps, los glúteos o las lumbares, la risa también puede practicarse. Para ello, trata de relativizar los pequeños obstáculos que te encuentres por el camino. Busca siempre ese lado cómico en las situaciones más cotidianas.
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Tipos de humor para combatir momentos difíciles
Cada persona siente especial inclinación por un tipo de humor o bromas. De hecho, no hay ninguno mejor que otro. ¡Potencia aquel que mejor te permite combatir los momentos difíciles!
- Blanco. Es el más sano y también el más inocente. Suele coincidir con aquel apto para niños. Normalmente no usa la burla ni la ironía.
- Negro. Por el contrario, este tipo de humor es siempre sarcástico, satírico e incluso hiriente. Te pone siempre a prueba y es una forma perfecta para aprender a reírse de uno mismo. Emplea las tragedias de la vida para convertirlas en situaciones graciosas.
- Grotesco. Es aquel caracterizado por lo ridículo, irracional y excéntrico. No es apto para todas las personas. De hecho, es bastante incoherente y no admite la vergüenza.
- Sarcástico. Más conocido como el “humor inglés”. Es tremendamente irónico y muy implícito. Se conduce a través de comentarios inteligentes y casi siempre a burla entre líneas.
- Verde. Es el adulto por excelencia. Suele estar relacionado con los contextos sexuales y explícitos.
- Seco. Es un sentido del humor lineal, sin emociones y muy monótono. Suele ser ingenuo y tranquilo. Sin embargo, esa contradicción entre la carcajada y la serenidad también puede tener gran poder cómico.
Qué es la risoterapia
La risoterapia es un conjunto de técnicas que buscan estimular el sistema nervioso con el objetivo de producir la risa. Esta terapia busca liberar tensiones físicas y emocionales mediante la carcajada.
Ejercicios de risoterapia
¿Cómo estimular la risa? Existen algunas técnicas empleadas por profesionales de risoterapia que te ayudarán a sacar esa carcajada. ¡Pruébalos solo o en familia!
- Rememora situaciones vergonzosas. ¡No hay nada como reírse de uno mismo! Teatraliza ese momento tan vergonzante, réstale importancia y compártelo con un grupo de personas con las que poder pasar un buen rato.
- Haz cosquillas o deja que te las hagan. No siempre son muy placenteras, pero seguro que te ayudan a sacar una buena carcajada.
- Contagia la risa a otra persona. Este ejercicio de risoterapia consiste en intentar pasar la risa a la persona que tienes a tu lado mirándole únicamente a los ojos.
- Imita los gestos de otra persona. Idealmente deberías practicar este ejercicio en pareja. Uno de vosotros tendrá que imitar todos los movimientos, muecas y gestos de la otra persona. ¡Verás cómo os reís más de una vez!
- Provócate una risa espontánea. Ideal para hacer tareas domésticas o cuando te aburres solo. Suelta una buena carcajada sin un motivo aparente y mantenla durante diez segundos. Al principio puede resultar algo incómodo. Sin embargo, acabarás riéndote de lo ridículo de la situación, ¡y eso también es terapéutico!
En GENERALI sabemos que en ocasiones nos toca pasar por momentos más complicados. El sentido del humor es un buen aliado. Además, existen otras formas de sobrellevar estas situaciones delicadas.
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