España es el séptimo país de la Unión Europea en el que más comida se desperdicia, con un despilfarro de 7,7 millones de toneladas de alimentos al año. Esto supone que cada español tira unos 179 kilos al año. O, dicho de otra forma, cada persona desecha aproximadamente medio kilo de alimentos a la semana.
Evitar que se tire tanta comida en buen estado a la basura es responsabilidad de todos. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el 42% de los alimentos que se desperdician en España se hace en los hogares y un 14% en la restauración.
¿Te gustaría reducir el desperdicio de alimentos no vendidos en tu negocio? Te mostramos algunas maneras de hacerlo para contribuir a la sostenibilidad del medioambiente, ¡y ahorrar!
Índice
Desperdicio de alimentos: el triple desafío
Los datos de desperdicio alimentario a nivel mundial reflejan el gran desafío al que nos enfrentamos. De hecho, se estima que el desperdicio alimentario implica, no sólo un desafío, sino tres simultáneos:
- Un desafío medioambiental. Antes de que cada producto se desperdicie, existen además unos costes medioambientales derivados de su producción, transformación, envasado y transporte. De esta forma, si los residuos alimentarios fueran un país, sería el tercero que más contaminaría del mundo, por detrás de Estados Unidos y China.
- Un desafío económico. En España, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medioambiente, el desperdicio de alimentos supone una pérdida de 3.000 millones de euros al año.
- Un desafío ético y social. En 2019, 690 millones de personas pasaron hambre en el mundo, una cifra que podría elevarse a más de 800 millones debido a la pandemia. En España, hay más de 800.000 personas en situación de inseguridad alimentaria severa.
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Iniciativas nacionales contra el desperdicio alimentario
La empresa española de alimentos naturales Naturae empezó a comercializar snacks de fruta cortada y envasada mediante un tratamiento de alta presión. Esta tecnología permite alargar la vida útil de los alimentos hasta 10 veces más, evitando el desperdicio. ¡Y todo ello sin aditivos ni conservantes químicos!
Por otra parte, el grupo de alimentación español Cerealto Siro optó por revalorizar los residuos generados durante la producción de galletas, bollería, pasta y pan de mold