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El duelo anticipado permite a los seres queridos prepararse emocionalmente para la pérdida. Sin embargo, una enfermedad prolongada puede desgastar la salud mental de los familiares. ¿Qué es el duelo anticipado? Te enseñamos cómo afrontar esta situación.

¿Qué es el duelo anticipado?

El duelo anticipado es un proceso que afrontan los seres queridos de una persona que previsiblemente fallecerá pronto. Se trata de un camino en el que la ausencia es algo que se espera, por lo que se debe convivir con un horizonte pesimista durante dicha travesía.

Cuando hablamos de duelo anticipado suele producirse en dos situaciones. Por un lado, en el caso de personas con enfermedades terminales como un cáncer sin posibilidad de supervivencia. Durante el periodo de enfermedad los familiares pueden asumir la noticia y construir una vida a partir del evento.

Otra circunstancia que puede conducir al duelo anticipado son los casos de desaparición de un ser querido. Aunque no se haya recuperado el cuerpo ni tampoco se tengan noticias, la familia suele tener tener que afrontar todo tipo de escenarios, incluida la posibilidad de fallecimiento.

El duelo anticipado, dentro del dolor que provoca ver cómo debes despedirte de un ser querido, presenta algunas facilidades al contrario de cualquier otro fallecimiento inesperado:

  • La aceptación es gradual.
  • Permite zanjar algunos asuntos familiares, expresar sentimientos y resolver conflictos antes de la despedida.
  • Modifica la percepción de vida de aquellos seres queridos que afrontan una situación de duelo anticipado.
  • Permite elaborar un plan de futuro sin contar con el difunto. Incluso muchas veces se hace con la colaboración del propio difunto (todavía en vida).

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Síntomas comunes del duelo anticipado

Estos son algunos síntomas comunes en personas que están atravesando el duelo anticipado de un ser querido:

  • Apatía.
  • Pérdida de apetito.
  • Lágrimas o llanto inesperado.
  • Irritabilidad, y cambios de humor bruscos.
  • Dificultades para tomar decisiones.
  • Culpa o ira.
  • Nerviosismo.
  • Problemas para conciliar el sueño.

Es común la sensación de permanente preocupación ante un escenario en el que falta una persona importante en nuestras vidas. Además, imaginar situaciones futuras en las que previsiblemente están marcadas por la ausencia de un ser querido generan tristeza y angustia. Algunos ejemplos de ello son no poder presenciar el nacimiento de un hijo, una boda o una graduación.

Fases del duelo anticipado

Como cualquier otro tipo de duelo ante la muerte de un ser querido, esta modalidad de duelo anticipado también cuenta con unas fases por las que los seres queridos transitan. No todas las personas atraviesan todas ellas, aunque la mayoría suele experimentarlas.

1. Fase de sentimiento de irrealidad

Coincide con el momento en el que la familia recibe la noticia que conlleva un desenlace inevitable. Por ejemplo, cuando una enfermedad es terminal o la desaparición de un ser querido. Durante esta fase es frecuente la incredulidad. Los seres queridos suelen tener dificultades para asimilar la noticia y aceptar el diagnóstico.

2. Fase de anhelo

Algunas personas suelen tender a cuestionar el diagnóstico, e incluso a creer que los médicos se confunden. Anhelan un desenlace alternativo y llegan incluso a creérselo.

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3. Fase de desesperación

Conforme pasa el tiempo la persona que sufre un duelo anticipado va interiorizando la realidad. Esta suele venir acompañada de una desesperación. Sentimientos de soledad, apatía o incomprensión son habituales. Durante esta fase los seres queridos se hacen conscientes de la realidad y no encuentran herramientas para superarlo.

4. Fase de reorganización

Conforme la enfermedad avanza la familia se adapta progresivamente a la nueva realidad. Es aquí donde empiezan a surgir nuevos modelos de organización. Determinadas personas adoptan roles que, hasta el momento, no les corresponden.

Llega la aceptación de la muerte. Y con ello se tiende a tomar decisiones que favorezcan una organización en el corto y largo plazo. Por ejemplo, comenzar a tramitar cierta documentación de cara al fallecimiento como un testamento, acuerdos con las funerarias o cómo dividir el haber de la persona entre sus herederos.

Situaciones que dificultan el duelo anticipado

Durante el proceso de duelo anticipado determinadas situaciones pueden llegar a desgastar a las personas que lo sufren. Hablamos concretamente de enfermedades crónicas que se alargan mucho en el tiempo.

El contacto constante con tratamientos, el sufrimiento continuado y la agonía que produce la enfermedad en algunas personas pueden llegar a hacer mella en los familiares. Además, no podemos olvidar que los cuidados de una persona enferma también producen desequilibrios en la salud mental de los familiares.

 La primera tarea en cualquier proceso de duelo es la aceptación de una situación. Sin embargo, durante las enfermedades largas en las que la esperanza de una remota recuperación dificulta mucho que se pueda completar esta fase.

Tareas adaptativas para afrontar el duelo anticipado

Si eres una persona que está viviendo una enfermedad crónica de un ser querido y crees estar atravesando por un duelo anticipado, te damos algunos consejos para sobrellevar la situación.

Hablamos de tareas adaptativas a aquellas actividades que realiza la familia para interiorizar la nueva realidad y soportar las consecuencias.

Permanece involucrado por la persona enferma

Se recomienda estar presente y en contacto con la persona enferma. Por ejemplo, incluyéndolo en determinados eventos familiares importantes como cumpleaños o Navidad (incluso cuando se tengan que adaptar las condiciones de la celebración).

La proximidad física con el ser querido se transformará en un gran alivio cuando ya no esté entre nosotros. Conviene reforzar el vínculo y aprovechar los últimos instantes.

Evita la sobreexposición a la enfermedad

El primer consejo debe convivir con un equilibrio delicado en el que la enfermedad no se convierta en una monotonía en la vida de los seres queridos. La enfermedad puede producir graves consecuencias mentales para las personas que cuidan de sus seres queridos.

Conviene regalarse algunos momentos de disfrute propio, como hacer ejercicio o realizar alguna actividad que te guste.

Adáptate al cambio de roles

Es posible que tengas que adquirir unas responsabilidad que antes no tenías. Trata de acomodarte a la nueva realidad. Se aconseja conversar con otros miembros de la familia cómo se afrontarán estas nuevas demandas dentro de la familia.

Acepta la realidad inevitable

Aunque no será tarea fácil, la aceptación es una fase necesaria para superar el duelo. No se trata de esconder los sentimientos de tristeza, sino de convertirlos en propios al mismo tiempo que anticipamos un futuro en el que la persona ya no forma parte de nuestra vida física.

Prepara la despedida

Algunos expertos recomiendan “dar permiso” a la persona enferma para despedirse, transmitiendo la seguridad de que los que se quedan están bien y puede marchar en paz. Este ejercicio suele realizarse durante la última fase de enfermedad, y resulta muy beneficioso para los familiares y personas enfermas.

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