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La impugnación de un testamento es una figura legal que permite a los herederos legítimos cuestionar el reparto cuando existen irregularidades. Para hacerlo, se debe estar legitimado según el interés que se tenga en la herencia y cumplir unos requisitos. Te contamos cómo impugnar un testamento.

Impugnar un testamento, ¿qué significa?

La redacción de un testamento no solo permite plasmar la voluntad del testador en lo que a sus bienes, derechos y obligaciones respecta. También ha de cumplir una distribución según marca la ley. Por este motivo se pueden dar casos en los que los herederos manifiestan su disconformidad.

La impugnación de un testamento busca tratar de anularlo para que un juzgado determine el resultado tras un proceso judicial. Las irregularidades que darían cabida a la impugnación pueden estar relacionadas con el contenido, su redacción o defectos en la firma.

¿Quién puede impugnar un testamento?

El ordenamiento jurídico determina que sólo aquellas personas que tengan un interés legítimo tienen derecho a manifestar su deseo de impugnar un testamento. Por tanto, podrán hacerlo:

  • Herederos forzosos: hijos o descendientes, padres o ascendientes, cónyuge no separado, hermanos, tíos y sobrinos.
  • Legatarios o beneficiarios: aun no siendo herederos forzosos, quienes tienen algún interés particular en el testamento.
  • Terceras personas con interés directo: tales como acreedores.

Motivos por los que se puede impugnar un testamento

Existen varias razones por las que un testamento puede ser anulado.

Ausencia de consentimiento válido

Se produce cuando la persona que redacta y firma ante notario su testamento no cuenta con todas las capacidades, ya sea por una cuestión temporal o permanente. Por ejemplo, una enfermedad podría haber mermado sus capacidades para plasmar claramente su voluntad de repartición.

Presentar capacidades mentales alteradas puede conducir a que otras personas ejerzan presión para que actúe tal y como les gustaría. En esos casos, se considera que existe una ausencia válida de consentimiento.

Firmar ante notario un testamento no garantiza siempre que las capacidades están intactas. Se entiende que este profesional no es experto en condiciones médicas ni psicológicas, por lo que podría haber pasado por alto una discapacidad o condición médica.

Presencia de intimidación

La redacción de un testamento debe ser un acto completamente voluntario. Por este motivo, se considera nulo cuando la persona lo hace bajo un contexto de amenazas o intimidación.

Uso de la violencia

De la misma forma, no podrá darse por válido ningún testamento que se haya redactado bajo la agresión física. Además, esto conlleva consecuencias penales para aquellos que la ejercen.

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Actuación mediante dolo

Son todas aquellas conductas por parte de terceras personas que tienen malas intenciones. Por ejemplo, cuando a través de artimañas y engaños una persona redacta un testamento en una dirección que, sin esos engaños, jamás se hubiera redactado.

Este supuesto considera que el testador lo ha firmado confundido. Incluso se podría hablar de un posible delito de estafa.

Consecuencias de impugnar un testamento

La primera consecuencia cuando se decide impugnar un testamento es la posibilidad de participar en un procedimiento legal. Estos son algunos de los posibles desenlaces:

  • Declaración de nulidad. Significa que el documento carece de validez por lo que no tiene ningún efecto legal. Podría declararse nulo parcial o totalmente.
  • Aplicación de la sucesión intestada. Si se declara nulo de pleno derecho la herencia se repartirá conforme a lo que determine la legislación.
  • Redistribución de los bienes. De forma diferente a como estaba originalmente dispuesta en el documento.
  • Pérdida de derechos hereditarios. En algunos casos la persona que impugna un testamento podría perder ciertos derechos sobre la herencia si así lo considera un juez.

Plazo para impugnar un testamento

Un testamento debe impugnarse conforme a los plazos marcados por la ley. De lo contrario, se perdería el derecho a hacerlo. Se considera que el plazo comienza en el momento en que un heredero legítimo tiene conocimiento del contenido del documento.

Además, el plazo depende de la causa que motiva la nulidad:

  • 4 años, cuando existen vicios en el consentimiento.
  • 5 años, si la impugnación se basa en nulidad o anulabilidad.
  • 15 años, en el caso de acciones en donde se reclaman derechos de sucesión.

Para conocer el plazo para impugnar un testamento que aplica a una situación concreta te recomendamos que consultes a un experto en Derecho hereditario.

¿Cuánto cuesta rechazar un testamento?

Rechazar un testamento no conlleva costes directos ni tasas asociadas. Sin embargo, sí podría implicar un desembolso por los servicios notariales que oscila entre los 50 y 200 euros.

Preguntas frecuentes

¿Se puede impugnar un testamento hecho ante notario?

Sí, puede hacerse y bastará con manifestar al Notario y resto de participantes la voluntad de no firmar la herencia por irregularidades. Para ello, deberás estar seguro de que se cumple alguno de los requisitos para impugnar un testamento.

Diferencias entre impugnar y revocar un testamento

Impugnar conlleva cambiar el contenido de un testamento por algún tipo de desacuerdo. Por el contrario, revocar un testamento implica que se cambia uno por otro, y solo puede hacerlo el testador.

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